José Peláez estaba feliz, estaba que estornudaba y tiraba confetis, porque le llegó una cajeta directamente desde el extranjero. ¡Humm! ¿Qué fue?
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Les cuento que ya le compró la novia a su Chucky, una "chumerri" para que él no esté solo. ¡Chuzo, qué miedo! Peláez hizo hasta "unboxing" de su compra. Se trata de nada más y nada menos que de una réplica de la muñeca Annabelle, es que dijeron que se había escapado del museo en donde se encontraba custodiada. ¡Miedo!
Dice que ahora sí su casa va a estar "maldita" con esta sorpresa, pero él es feliz.
El caso de la muñeca Annabelle (Annabelle doll en inglés) fue uno de los sucesos investigados por los parapsicólogos estadounidenses Ed y Lorraine Warren en 1968.
Según las afirmaciones del matrimonio Warren, en 1970 una mujer le regaló a su hija Donna, estudiante de enfermería y que compartía habitación con otra joven, Angie, una muñeca de la marca Raggedy Ann. Contenta con el regalo, lo primero que Donna hace es dejar a la muñeca sobre su cama como adorno. Sin embargo, a los pocos días empiezan a suceder extraños fenómenos: la muñeca parece moverse sola, ya que cuando las dos regresan al apartamento, se la encuentran en diferentes posturas, aparte de hallar mensajes aparentemente sin sentido como Help us ("Ayúdanos"), You miss me? ("¿Me echas de menos?") o Save Lou ("Salva a Lou"), como casualmente se llamaba el novio de Donna.
La muñeca encantada, mundialmente conocida como Annabelle, forma actualmente parte de el Museo de lo Oculto de los Warren.